A todos los libros les sobra algo; a algunos les sobran los relatos, a otros les sobra el prólogo, a las novelas les sobran capítulos, a todos les sobran páginas. Creo que leo así, con vocación de antologador.
Los demasiados libros de Zaid no es la excepción. Más bien debería decir que el texto en cuestión es la hiperbolización del asunto. Se trata de un volumen al que le sobra casi todo; es un libro abultado artificialmente con trabajosas estadísticas y con borrosas utopías sobre las formas ideales de distribución e impresión de los textos.
Lo esencial del ensayo de Zaid para mí puede resumirse en algunas ideas de los tres primeros párrafos:
Y puedo sintetizarlo aún más en un aforismo: la multiplicación de los libros, lejos de aumentar nuestro conocimiento, ha multiplicado nuestra ignorancia. El resto del libro me parece redundante o inútil. Un breve ensayo hubiese resultado excelente.
(Espero que el autor no haya pretendido ser tomado en serio. Quizá lo que pretendió fue demostrarnos, con su propio ejemplo, la razón por la cual hay demasiados libros: la gente no sabe cuándo callar y termina escribiendo más de la cuenta.)
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