jueves, 20 de septiembre de 2012

Las amistades peligrosas, Choderlos de Laclos


Las amistades peligrosas, varias veces llevada al cine, es una novela epistolar polifónica: una narración que se construye a partir de las voces, a partir de los textos (sobre todo cartas, pero también diarios) de varios personajes. Éste me parece uno de los géneros más complicados, por muy distintas y variadas razones.
En primer lugar, algo que me pasó con la lectura de Drácula de Bram Stoker, también del mismo género, fue que me aburrí con tanto detalle nimio. Claro, para mantener la verosimilitud el autor debe incluir en los textos (cartas o diarios) de los otros (personajes) muchas otras cosas (ajenas a la trama real), que es de lo que presume uno habla en las cartas. Curiosamente con Memorias de dos recién casadas de Balzac esto no me ocurrió; quizá porque la esencia misma de la historia tenía que ver con esas pequeñeces, esa cotidianidad.
Otra cosa que pasa, y le pasa precisamente a Choderlos de Laclos, es que no siempre se puede pensar como otro y hablar como otro, es decir, se termina siendo muy monocorde: en lugar de varias voces, parece una sola. Para evitar esto, si yo quisiera escribir algo así, podría recurrir a un ardid: solicitar a colaboradores invisibles la redacción de las cartas, explicándoles el asunto. Así se reflejaría mejor otra visión y otra voz, distinta de la del autor.
Ahora se me ocurre pensar que tal vez Choderlos hizo esto, o que si logró asumir voces diferentes al escribir las cartas y diarios que conforman su obra, pero tal vez el traductor se encargó de uniformizar los estilos y terminé leyendo precisamente lo que no quería: una voz hablando consigo misma, como una imagen repetida en mil espejos.

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