miércoles, 27 de febrero de 2013

Pubis angelical, Manuel Puig


            Al comprar el libro, antes de comenzar a leerlo, me asaltó el recuerdo, ya algo brumoso por el tiempo, de otras lecturas de Puig. El beso de la mujer araña la recuerdo, aunque muy vagamente, como una buena obra. Pensé en ese momento que la historia de la literatura, por lo menos la historia de la literatura en lengua castellana, había sido injusta con Puig, un narrador que sí estuvo muy bien posicionado en su momento, en el post boom.
        Pero entonces leí este relato amorfo, repartido en tres tramas que no llegan a tocarse y acaso no llegan tampoco a vincularse; leí tanto diálogo estéril, tanto confesión baladí, tanta sensiblería que no sé si quiso parecer parodia pero sólo llega a gazmoñería; leí la supuesta versión del pensamiento de una mujer (si eso es lo que en realidad piensan las mujeres ya no me causa intriga saberlo). Y entonces pensé que lo que permanece en el tiempo es sin duda lo que es.
        En este momento no lamento que se hayan perdido para la posteridad, que no sean leídas hoy día, “injustamente”, obras “importantes”. Con seguridad se merecen estar allí en ese limbo, donde Pubis angelical va a parar, hasta que muera de manera definitiva. Quién sabe si su autor también. Quién sabe qué quedará de él. Tal vez sólo sea mencionado por la mencionada: El beso de la mujer araña. Tal vez la genialidad sólo nos toca una vez, cuando nos toca. Ya lograr algo debería disculpar nuestros demás dislates, nuestras invenciones erradas.
         Hay días que pienso que uno debería ser árbitro de su obra (como ya escribí en alguna parte. Hay en días en que pienso lo contrario, es decir, que como uno no sabe cuál es la acertada debería publicarlo todo y esperar que el tiempo y los lectores den el juicio final. Tal vez sólo quede una línea, tal vez sólo sea una referencia (como Marlowe).
No sé si Manuel Puig habrá muerto. Parece que lo estuviera. Parece sus libros no van a sobrevivir a su propia muerte; quizás sólo sobreviva en antologías, o en enumeraciones del tipo: “en esa época hubo también otros escritores...” 

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