domingo, 11 de septiembre de 2011

Sin noticias de Gurb - Eduardo Mendoza



Escribir humor sin dejar de ser literatura seria no es cosa sencilla, quiero decir, a veces hacer humor acaba convirtiéndose en literatura fácil, literatura light y a veces hacer literatura acaba por parecerse más a un juego de inteligencia que un juego de humor.

Tal parece que los humoristas no escriben textos muy literarios y viceversa. Menos aún graciosos resultan los que no escriben humor sino sobre humor; pienso sobre todo en esos fárragos que buscan analizar y teorizar el humor, como lo que hicieron Bergson y Breton.

Mendoza de alguna manera lo logra; logra esa risa alegre y pura. Además, me permitió descubrir a un escritor muy particular. Ésta resulta ser una obra relativamente menor de una autor que ya era importante, gracias a una saga que tiene como personaje principal a un detective muy particular, y que oscila entre la parodia a la novela negra, el relato experimental y hasta la novela gótica.

De verdad leyendo Sin noticias de Gurb río a mandíbula batiente y a lo largo de casi todo el texto: no tiene baches o disminución en la intensidad, como pasa con algunas películas que en algún momento dejan la risa y torna a la acción o al drama. 



Sin noticia de Gurb es probablemente uno de los libros más graciosos que haya leído, junto con El club de los parricidas de Ambrose Bierce, El robo del elefante blanco y otros cuentos de Mark Twain, Espérame en Siberia, vida mía, de otro español: Enrique Jardiel Poncela. Y no digo que es gracioso porque sonría, porque entienda el chiste y me haga cómplice de él; no es ese humor inteligente de Sterne o del mismo Cortázar, ante el que uno sonríe complaciente al darse cuenta de que el emperador está desnudo.

1 comentario:

  1. Es un fantástico libro, en efecto. Un humor especial de alguien que ya está de vuelta de todo.
    Un saludo.

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